El panteón de San Miguel hereda la acción de sepultar los restos del familiar de Tulancingo

El panteón San Miguel de Tulancingo

Los panteones, cementerios o camposantos son los lugares por tradición que las culturas occidentales de todos los tiempos utilizan para depositar los restos de sus muertos, con esta actividad se trata de recordar a sus antecesores y sus acciones   y por lo tanto son algunos de los lugares donde se describe en forma inicial la historia de los pueblos.

Sobra dar ejemplos de estas acciones como las tumbas de los faraones en el antiguo Egipto, los mausoleos en la cultura Helénica del mediterráneo, algunas pirámides en la Meso América clásica y las catacumbas en el imperio Romano, por mencionar algunas construcciones que eran verdaderos cementerios por el número de sepulturas que tenían.

Esta acción de recordar para la posterioridad a través de monumentos mortuorios crea una rica acción artística en los campos de la arquitectura, la escultura, la literatura y la música principalmente.

En Tulancingo esta tradición no podría pasar desapercibida por sus habitantes que con orígenes culturales tan fuertes como son la indígenas y náhuatl por un lado y la cristiana católica europea por el otro, producen una serie de monumentos a sus antecesores ya difuntos que enriquecen los espacios destinados a guardar los restos de sus familiares.

El panteón de San Miguel hereda la acción de sepultar los restos del familiar de Tulancingo del atrio occidental de la actual catedral metropolitana y a su vez del cementerio indígena de la actual medias Tierras.

Este cementerio fue establecido en 1842 por don José Miguel Soto cuando fue alcalde, y en recuerdo suyo se le dio el nombre de su Santo, teniendo ya problemas de fosas en 1873 y ampliándose hasta 1939 por instancias del presidente municipal de esa época don José L Cossio, teniendo la última ampliación en 1960 por donación de terrenos por don Roberto Tello Ortiz.

Como espacio cultural el panteón Municipal de San Miguel es rico en esculturas en Mármol de finales del siglo XIX y principios del XX, obras hechas por artistas europeos que llegaron a México por instancias del presidente Porfirio Díaz para crear los monumentos del centenario de la independencia de México.

Es de destacar en obras de este material los obeliscos, lapidas en alto y bajo relieve, algunos féretros, pequeños querubines y sobre todo los Ángeles y una virgen que se encuentran en el lado oriente de la primera sección, la cual se encuentra cubierta prácticamente por varias capillas.

En cantera tenemos pocos monumentos destacando solo los obeliscos y algunas lapidas, teniendo en común un fuerte deterioro natural por la erosión pluvial y eorica que impide en muchas ocasiones incluso describir el estilo artístico y las inscripciones que en estas se encuentran.

También en importante notar algunos trabajos que aún se encuentran de herrería de estilo neoclásico con técnicas de remaches y cuñeo que son verdaderas obras de arte y que datan de principios del siglo XX.

La herrería artística que presentan algunas capillas se ha tenido la intención de protegerlas con una cubierta de pintura electrostática, que le daría muchos años más de vida optima.

Por último, nos queda describir algunas criptas o mausoleos que datan de principios del siglo XX, donde predominan el estilo neoclásico y neogótico y una muy sobria de estilo difícil de clasificar, el material predominante en estas criptas es la cantera de la región.

Después de esta breve descripción artística del Panteón Municipal De San Miguel no nos queda más que recordar a los visitantes que este cementerio es un discreto museo al aire libre, un importante espacio histórico y cultural que es más fácil conservar que crear, un lugar donde muchas veces se llega con dolor y con nostalgia y por lo tanto con sensibilidad a reflexionar, a razonar y por lo tanto a crear y manifestar expresiones artísticas importantes para identificarnos como sociedad.

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