La noche del miércoles pasado, derivado de trabajos de reparación del ducto que recorre la localidad El Chabacano, en Epazoyucan, se suscitó una deflagración que provocó la muerte de un trabajador de Petróleos Mexicanos (Pemex), quien realizaba maniobras para tapar fugas en el conducto de combustible.
Asimismo, el 6 de julio, pobladores de Cuautepec de Hinojosa el municipio con mayor incidencia de tomas clandestinas a nivel nacional agredió e hirieron a elementos de la Guardia Nacional (GN) después de que la noche anterior agentes tuvieran un enfrentamiento con presuntos huachicoleros.
Debido a que un poblador perdió la vida, un grupo de personas acudió al campamento de la GN, el cual tuvieron que abandonar por las agresiones.
Además, el 1 de septiembre, también en Cuautepec, dos hombres quedaron atrapados bajo la tierra al derrumbarse el túnel que presuntamente realizaban para robar combustible de un ducto de Pemex que recorre la localidad Texcaltepec. Uno de los hombres falleció y el otro quedó herido.
Semanas antes, el 9 de agosto, un hombre murió en las mismas condiciones, pero en la localidad Tezoquipa, donde se encontraba excavando.
Mientras tanto, el día 10 de ese mes se registró una fuga de hidrocarburo en Tetepango. Debido a que la nube de combustible se extendió por varios kilómetros, el tránsito fue cerrado desde Tlahuelilpan, municipio donde el 18 de enero de 2019 ocurrió una explosión que dejó 137 personas sin vida.
El 18 de enero de 2019, pobladores de Tlahuelilpan y municipios vecinos recolectaban gasolina de una toma clandestina que alcanzó varios metros de altura; sin embargo, ocurrió una explosión en la que murieron 137 personas: 69 personas fallecieron en el lugar y 68 perecieron en hospitales. En tanto, 13 personas que fueron internadas recibieron el alta médica
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