El estiaje que aqueja al Valle de Tulancingo ha propiciado que el hato disminuya 70 por ciento, estimó Raúl Soto Soto.
“Es decir, si había 100 vacas, ahora nada más tenemos 30. Tuvimos cuatro años de intensa sequía, hace dos años llovió muy fuerte, pero a destiempo, por lo que tampoco hubo cosechas”, detalló el dirigente de la Asociación Ganadera Local, Especializada en Bovinos Productores de Leche.
Indicó que la ausencia de precipitación afecta en distintos sentidos, ya que al no haber o malograrse las cosechas, el alimento y los medios de producción, se encarecen.
El también propietario de una empresa quesera, puso como ejemplo que hasta hace cinco meses compraban la paca de alfalfa en 100 pesos, pero actualmente la adquieren en 180 pesos.
Recordó que el llamado fenómeno de La Niña, el cual reduce las precipitaciones pluviales concluye hasta mayo próximo, con el inicio de la temporada de huracanes en el océano Pacífico y posteriormente en el Atlántico, por lo que el “escenario” sigue siendo complicado para el sector agropecuario del Valle de Tulancingo.
En 2021, cuando integrantes de los ejidos El Paraíso, Zapotlán de Allende, Santiago Caltengo, Laguna del Cerrito, Huapalcalco, La Lagunilla y San Nicolás Cebolletas, a través de oficio, solicitaron la construcción de un centro de acopio lechero, coincidieron en que únicamente en Tulancingo había más de 500 productores de leche, desde los grandes ganaderos hasta los que solo tenían una ordeña.
De acuerdo con el líder de los productores, la sequía que por años ha prevalecido en la región ha generado que se pierda hasta 70por ciento de ganado.
Abraham Salomón Ganado, exdelegado regional de la extinta Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos (SARH), ha insistido en la importancia de fomentar la agricultura bioregenerativa para devolverle la fertilidad al suelo y captar más agua.
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