Con palas, rastrillos, machetes y azadones los faineros que acuden a la labor social arrancan la maleza, recogen la basura, queman los sedimentos para dejar el campo santo limpio para recibir a sus deudos que en el Día de Muertos.
La convocatoria para asistir a la faena se realiza a través de un perifoneo, un carro que recorre las calles de las comunidades con el propósito de informar el día de la faena, y las herramientas que tienen que llevar cada uno de los ciudadanos.
Don Justino Ortiz, sacristán quien es el responsable de las llaves de la iglesia en una comunidad de Ixmiquilpan, explicó que la faena es una forma de unir a la comunidad, así como dignificar a los ancestros.
“La faena del panteón se realiza días antes de que sea la última semana de octubre, ya que debe estar limpia para que los familiares regresen a para recordar a sus fieles difuntos”, dijo.
“Una de las costumbres en las comunidades de la región del Valle del Mezquital, es la de acudir a las tumbas de sus papás, abuelos, tíos, o hijos para decorarlos de flores de cempasúchil o garras de león, así como orar en la tumba o recordar sus vivencias”, aseguró el sacristán.
“Los familias comienzan a llegar desde los últimos días de octubre, por eso el panteón debe permanecer abierto desde las ocho de la mañana hasta las cinco de la tarde, para que las familias puedan acudir de manera libre a recordar a sus seres queridos”, explicó Don Justino Ortiz.
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