La noche de este 14 de agosto en Tulancingo, Hidalgo, se llenó de túnicas negras y rostros pálidos, no por un evento de horror, sino por una celebración masiva. El desafío, organizado por la empresa de juegos mecánicos Espectaculares García, consistía en reunir a la mayor cantidad posible de personas disfrazadas de “La Monja” para subirse al juego mecánico Tagada Shaker It.
La convocatoria fue un éxito rotundo, y los mil 104 participantes de Tulancingo superaron el récord anterior de 927 personas, establecido en Tampico, Tamaulipas.
El ambiente festivo se intensificó con la música de fondo. Los asistentes bailaron y cantaron al ritmo del famoso remix de “Las Monjitas” del grupo Exterminador, creando una atmósfera única y vibrante. La euforia del momento fue capturada y compartida en las redes sociales, donde el evento se volvió viral.
El municipio de Tulancingo celebró el logro en su página oficial de Facebook, felicitando a los asistentes por haber roto el récord y haciendo evidente el orgullo de la comunidad por este original acontecimiento
El personaje de “La Monja” (The Nun) no nació en las ferias de México, sino en el universo cinematográfico de El Conjuro. Introducido en la película El Conjuro 2 (2016), este personaje demoníaco, llamado Valak, rápidamente se convirtió en uno de los antagonistas más aterradores de la franquicia.
Su apariencia de monja poseída, con rostro cadavérico y ojos penetrantes, fue diseñada para evocar un miedo visceral.El éxito del personaje fue tal que inspiró su propia película, La Monja (2018), que exploró sus orígenes en un convento rumano.
La figura de Valak se consolidó como un ícono del terror moderno, conocido por su habilidad para perseguir y atormentar a sus víctimas.
Sin embargo, el viaje de este personaje de la pantalla grande a la cultura popular mexicana tomó un giro inesperado. La figura siniestra de Valak fue adaptada de manera ingeniosa en los juegos de feria.
Un animador, disfrazado de la monja, comenzó a subirse al centro del juego mecánico Tagada, que se mueve de manera errática y circular, para bailar y burlarse de la gente mientras el juego giraba. Esta simple pero divertida idea se hizo viral en las redes sociales, transformando un personaje aterrador en una figura de comedia y diversión.
Lo que comenzó como una actuación aislada se convirtió en una tendencia nacional, y las empresas de juegos mecánicos adoptaron el “Monja Challenge” como un espectáculo para atraer multitudes. Así, la figura demoníaca de Valak se resignificó, pasando de ser un símbolo de miedo a uno de fiesta y celebración colectiva, culminando en el exitoso récord de Tulancingo.
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