En Hidalgo existen 10 sitios de almacenamiento y acopio de residuos peligrosos avalados por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) federal; el buen manejo de estas sustancias es esencial para evitar riesgos a la salud y al medio ambiente.
Las sustancias que presentan corrosividad, reactividad, explosividad, toxicidad e inflamabilidad, así como envases, recipientes, embalajes o suelos contaminados que sean trasladados a otro sitio, son considerados residuos peligrosos de acuerdo a la Ley General para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos. Normalmente, se generan en actividades industriales, de servicios, en la vía pública e incluso en viviendas.
Por ello, la Semarnat Hidalgo, informó a El Sol de Hidalgo, que dos de ellos se ubican en Pachuca, tres en Tizayuca, tres en Tulancingo, uno en Atotonilco de Tula y uno en Tepeji del Río; quienes almacenan diferentes residuos peligrosos como aceites, acetonas, líquidos, solventes, gasolina sucia, aditivos o rebabas, equipos médicos, envases, telas, entre otros artículos más que han estado en contacto con sustancias dañinas.
Detalló que el proceso adecuado inicia con la identificación del tipo de residuo, seguido de su separación y depósito en contenedores con clasificación CRETIB (corrosivo, reactivo, explosivo, tóxico, inflamable y biológico-infeccioso); una vez aislados, deben ser recolectados por un transportista autorizado por la Semarnat federal, quien los traslada a sitios donde se lleva a cabo su destrucción, almacenamiento o aprovechamiento.
La dependencia advirtió que un manejo deficiente puede provocar contaminación del suelo, agua y aire, así como daños a la flora y fauna; además, en la población, la exposición a estos desechos puede generar enfermedades graves, entre ellas cáncer, afectaciones neurológicas y problemas reproductivos. Agregó que la mala disposición, libera gases como metano y dióxido de carbono, que contribuyen al cambio climático.


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