Muy pocos asistentes a los festejos religiosos en honor a la Virgen de Guadalupe en Tulancingo usaban cubrebocas, una de las principales recomendaciones para evitar contagios de padecimientos bronco-respiratorios, sobre todo de COVID-19.
La medida de sana distancia, también recomendada para prevención de contagios, fue imposible ser acatada debido a la gran cantidad de personas reunidas en los alrededores y afuera de la iglesia de La Villita, ubicada en el centro de Tulancingo. Personas adultas mayores son quienes principalmente respetaron el uso adecuado de cubrebocas.
Sin embargo, podían verse familias completas que no tomaban ninguna medida sanitaria para evitar repunte de contagios por padecimientos de temporada, como la influenza.
La mayoría de los vendedores tanto de alimentos como de artículos diversos y juguetes, sí portaban cubrebocas, pero no obligaban a sus clientes a replicar la medida.
Durante el recorrido realizado por AM Hidalgo tanto en la vendimia como en la zona donde se instaló una capilla religiosa al aire libre, no se encontró a ningún inspector adscrito a la Comisión para la Prevención a Riesgos Sanitarios de Hidalgo (Copriseh).
La instancia estatal ha solicitado a los gobiernos municipales apoyar con vigilancia para el seguimiento y respeto de las medidas sanitarias.
Por otra parte, había recorridos constantes de personal de Protección Civil municipal para verificar que los puestos ambulantes, así como las instalaciones de la capilla religiosa temporal, estuvieran en condiciones para evitar riesgos a la población.
La jornada de festejos guadalupanos en Tulancingo transcurrió sin ningún conflicto grave.
El tráfico vehicular fue por momentos totalmente detenido en calles del centro de la ciudad, debido al cierre de vialidades cercanas a La Villita.
Tras dos años de suspensión por la pandemia de COVID, los festejos en honor a la Guadalupana fueron reanudados.
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